El pasado 13 de enero vivimos una emotiva jornada en la que despedimos a nuestro compañero y amigo Pedro Sáez Gordillo. Toda la Comunidad educativa nos unimos para agradecerle la huella que ha dejado en su paso por esta Casa Salesiana.

Y llegó la hora de recoger lo mucho sembrado…

Su historia comenzó hace 40 años…allá por el año 1982 inició su andadura por los senderos que Don Bosco dejó, como legado, a los amantes de los jóvenes. Acompañado de la mano del primer salesiano que le mostró ese camino, Don Ramón Gutiérrez, avanzó por el mismo entregando su entusiasmo; su amor por la música y el teatro; viviendo su compromiso con los Salesianos (es Salesiano Cooperador, miembro de Hogares Don Bosco…) bajo el amparo de la que pronto comprendió que sería también su Maestra, María Auxiliadora.

Un camino en el que lo más importante que aprendió fue que debía actuar con los jóvenes con “amorevolezza”, como decía Don Bosco.

Y así fue como, además de su bonita tarea como educador, puso los dones que Dios le había dado al servicio de los más jóvenes. Es entonces cuando pone en marcha el coro Don Bosco por el que, durante los 25 años al frente del mismo, pasaron muchos jóvenes que se apasionaron por la música. Acercó, con sus humildes conocimientos de teatro, a más jóvenes al mundo de los musicales teatrales; haciendo que muchas generaciones se beneficiasen de esa preciosa experiencia. Inició también un programa de Radio, donde los más jóvenes y no tan jóvenes pusieron voz a sus inquietudes….Todo ello con la pasión de educador salesiano que, aún después de 40 años, sigue sintiendo.

A nivel académico, asumió el servicio de Director de Centro durante 11 años; aportando su entusiasmo y su amor por el trabajo bien hecho.

Ha sabido ganarse el corazón de sus alumnos, desde los más grandes a los más pequeños que le llaman cariñosamente “maestro frutero” (pues también colabora con alegría en el reparto de fruta en la escuela).

Tras estos 40 años podemos decir que “Don Pedro”, como así le llaman con cariño sus alumnos y sus antiguos alumnos, es un enamorado de su vocación. Se ha jubilado de sus clases pero no de su pasión por todo lo Salesiano. ¡Seguro que seguirá deleitándonos con más musicales!

En palabras de Don Bosco: “La educación es tarea del corazón”. Don Pedro ha sido ejemplo de ello.

¡GRACIAS POR TODO LO QUE NOS HAS APORTADO!